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Nuestra Historia

Esta historia, mi historia; la de Delacons comenzó sin darme cuenta.

Si me pongo romántica, podría decir que todo comenzó por el año 1992. Tenia unos 7 años cuando mi abuela (que amo con mi vida y fue y es mi segunda mamá) me ayudó a descubrir el mundo de las mostacillas, me enseñó a hilar, hacer collares y pulseras. Fue tanto lo que me gustó, que mi abuelo me donó su escritorio del año de la pera y lo transformé en mi primer banco de artesana.

Les juro por mi vida, que pasaba días y tardes enteras con mi abuela haciendo yo collares y ella tejía (es la mejor tejedora de Chile). Mil veces, yo con 7/8 años nos íbamos en micro desde Providencia donde ella vivía, hasta la calle Rosas a comprar todo lo que necesitábamos. Ese era el mejor panorama.

Nunca jamás imaginé que 20 años después, volvería a andar por esas calles, entre Santo Domingo y Monjitas , buscando insumos para las joyas y también de vez en cuando entrar a la misma galería en Rosas donde iba con mi abuela a comprar mostacillas.

Todos mis recuerdos de chica, y en especial las mostacillas, los tengo grabados tan a flor de piel que podría contarles con detalle todo lo que significaban para mi.

Ahora volviendo a la historia ….. ya más grande , por el año 2013, con 28 años y con las mostacillas en el olvido, nació un día y por aburrimiento, meterme a clases de joyería. Desde siempre me habían gustado las joyas. Siempre fui de decorarme como arbolito de pascua. Siempre usando todos los dedos para anillos, coleccionaba aros, y collares tenía de todos los estilos.

Hacer clases de joyas fue como estar en un constante hobby. Fue un real amor y me pasó que al tiro sentí y, sin saber nada de nada, pensé: “estoy segura que me va a gustar y voy a ser buena en esta cuestión”. Y bueno, sintiéndome buena estuve así dos años en clases, entre anillos y conversas y jamás pero jamás pensando en hacer una marca ni menos , vivir de esto.

Hasta que pasaron dos cosas importantes; la primera: partiendo el 2015 terminé con un ex de muchos años viviendo juntos.

Recién terminada y con el corazón extremadamente roto, me instalé en una pieza de 2x2 con todas mis pilchas y mi banco joyero en el Depto de una estudiante muy rebelde y 10 años menor que yo, mi hermana chica. 

Y la segunda : En esa pieza, donde cabía una cama de una plaza, el banco joyero y el balón de gas fue donde decidí empezar a vender piiiiiola, pero piooooola, onda casi para recuperar el metal invertido, algunos anillos que hacía . Fiaba casi todo porque me daba vergüenza poner precio. Pero al menos lo había decidido.

En ese momento trabaja full time en una universidad y a las joyas solo podía darles un ratito en las noche . Tenía como 1 pedido por semana 💛. Y bueno, después de un rato, tipo junio 2015 me hice la cuenta en Instagram. Y los pedidos empezaban a llegar de a poco, pero no paraban de llegar. Tuve que sacar el banco de mi pieza enana y ponerlo en el living porque ya estaba siendo muy caótico trabajar al lado de mi cama.😂 y después de 5 meses me cambié de Depto a vivir con unas primas. Mi pieza ahí era aún más enana, solo cabía una cama de una plaza 😂, NADA MÁS LES JURO, pero el living era grande y cabía perfecto mi banco joyero en una esquina, entonces todo lo demás daba lo mismo.

Los pedidos eran ya muchos, y pasó que tuve que pedir en la universidad donde trabajaba que necesitaba media jornada libre y así usar la tarde para hacer anillos. Me fui desenamorándo de mi pega clásica en la U, y enamorándome locamente de trabajar en joyas. Aún seguía pensando que no podía vivir de esto 😂.

Y bue, pasaron como 6 meses, me fui a vivir a barrio Italia (siiiii, salía todas las noches 😂🙈) y me fui solita para allá . Ahí mi pieza ya era grande, y mi banco joyero aún en un lugar del living donde producía y producía. Ese mismo año dejé de trabajar en la U (después de 6 años me invitaron a irme 😂 ) y fue en ese mismito momento que decidí que ahora era cuando !!!! No busqué pega en lo mío (soy psicóloga y acaba de terminar la carrera de pedagogía en inglés pero no quise hacer nada de eso) y decidí, con una seguridad enorme que aún recuerdo como me sentí de segura, que iba a probar vivir 100% vendiendo joyas. Yo a esa altura de mi vida tenía casi 31 años, vivía sola y me mantenía también  sola.

Después de un año me cambié de casa,

Me fui a vivir con una amiga a estas casas ley Pereira y fue ahí donde AL FIN tuve mi propia “pieza taller“. EXQUISITO fue poder separar las cosas . Ya no tenía que trabajar ni al lado de mi cama , ni al lado del  comedor 😂. Después de esa casa, nos arrendamos con mi hermana chica (la misma estudiante rebelde, y ahora me sumaba yo a su rebeldía) un Depto graaaaaande y ahí tb ya tenía mi taller, aunque fue en la pieza más chica. Después de unos meses, me quedé embarazada de la María Gracia (esa es otra historia 😂) y antes que ella naciera mi hermana migró de ese Depto y su pieza (que era exquisita) la convertí en taller. Tenía su propia terraza y sus propias cervezas ! 🙌🏼

Ahí estuve un año. Y sentía que era el mejor espacio. Hasta que quedó chico. Nos cambiamos a otro Depto. Aún más grande . Y ahí la pieza taller tb quedó rica y cuando todo estaba marchando viento en popa,  PANDEMIA. Encierro.  Lancé la página web que le fue increíble. Creo que tuve la suerte de lanzarla tan fortuitamente en el mejor momento ! Pero, me volví loca trabajando 🤯.

Como no podía tener a mis ayudantes, tuve que hacer todo yo sola como en el inicio de los tiempos, pero multiplicada la carga por 100😰. Me organicé en tener dos turnos todos los días . El de día, donde hacía las Joyas, y el de noche; donde hacía los envíos y postventa (y trámites administrativos tb). Solo les resumo que estuve desde abril a septiembre acostándome a las 3-4 am todos los días. Y suma, que durante el día también estaba con la Maria Gracia (Mujeres del mundo, nos merecemos todo y todos los días 💪🏼)

En septiembre nos liberan y por fin por fin POR FIN! doy el paso a sacar el taller de mi casa y arrendar algo afuera. Me costó porque no quería dejar a la María Gracia, así que me única condición de tener el taller afuera de la casa era que estuviese al lado y me pudiera ir caminado 😂. El universo me escuchó tan fuerte y rápido, que en 3 días ya había firmado un arriendo AL FRENTE de mi casa. LITERAL. Eran 30 pasos con cuea.

Tuve que contratar a dos personas para que me ayudaran, la Cri y la Coni G. Después llegó la tercera, la Emi. Y así fuimos las 4 hasta enero 2021. Donde nos echaron de ese Depto por meter mucho ruido con los golpes 😂, y otra vez la suerte de mi lado, encontramos el taller más increíble de todos, de 120 metros cuadrados y también AL FRENTE de mi casa. A tres cuadras 🙌🏼.  El 2021 nos trajo infinitas cosas buenas. Llegaron nuevos desafíos, nuevas joyas, nuevas ayudantes, La Pao y la Ale, y también se fue la Coni G. 💔. Volvieron a llegar otras ayudantes y así seguimos creciendo.

Miro hacia atrás y siento que ha pasado mucho tiempo desde que DELACONS solo se trataba de yo sola haciendo las joyas, del encierro del 2021 matándome día a día en sacar el Stock, desde que trabajaba en una pieza minúscula y mi banco joyero. Pero no, no ha pasado mucho tiempo, solo ha sido trabajar duro, trabajar constante, trabajar con cariño, con respeto, trabajar inteligentemente, trabajar por gusto, trabajar con sueño y cansada pero también, trabajar feliz.

Ha sido rico sacarse la mierda para ver dónde  estamos hoy. Nada ha sido suerte, todo ha sido trabajo y tomas de decisiones. Buenas decisiones.

Nunca pensé y menos imaginé que dedicaría mi vida en este oficio tan bonito (y eso que sólo conozco una parte de la orfebrería), y además que sería tan feliz construyendo un marca.

Y bue… falta, falta mucho por aprender y mucho por hacer y espero que no se nos acaben las ideas ni las ganas de seguir creando ! ❤️

 

Delacons es una marca 100% chilena. Trabajamos con orfebres chilenos, creando en su mayoría joyas hechas a mano colaborando con maestros expertos en casting. Somos una marca Hecho a Mano, Hecho en Chile y Hecho con Amor. En un esfuerzo por reducir nuestro impacto en el medio ambiente, muchas de las joyas provienen de material reciclado, que nosotras mismas utilizamos y luego mandamos a refinar y fundir para lograr hacer el casting necesario.

Todas las joyas que se crean en nuestro taller son de plata 950 y oro 18 K.